La hija del doctor

El Juego de las Máscaras – Parte IV

 

Un descubrimiento atroz, una tragedia, un triunfo agridulce, una revelación perturbadora. Estos son los nuevos puntos de partida de cuatro protagonistas, que ―en tramos directamente presentados al lector, y en otros brindando pistas, detalles, para alimentar esa complicidad autor-lector, indirectamente― vamos conociendo: cómo es cada uno, cómo piensan, cómo sienten, e identificarnos, en esa humanidad con la que Marina Nill, con su estética y estilo literario, envuelve a cada uno de ellos.

Una historia que arrancó en Resistencia, pero conforme avanza fue sumando otros paisajes: localidades del interior chaqueño, como Sáenz Peña, Castelli, Miraflores, Villa Ángela, la ciudad de Corrientes, Itatí, un Buenos Aires frecuente y ―ahora, en esta cuarta parte― no solo varias otras ciudades argentinas, como Salta y Río Gallegos, sino también otros países, desde el vecino Paraguay hasta la lejana España. Una trama compleja, en la que florecen detalles mencionados en las entregas anteriores y empiezan a cerrarse algunas historias, preparando el carácter conclusivo que tendrá la quinta y última parte de la novela, El Heredero.

Destaca la árida realidad del interior chaqueño, que conmociona a una Daniela que se encuentra con la indiferencia de sus pares a la hora de querer remediarla. Una Daniela que debe enfrentar lo peor de sí misma y aceptar que las advertencias de su familia contra su padre eran ciertas, y que ese hombre protector y cariñoso que ella recuerda de la infancia era al mismo tiempo capaz de las peores atrocidades. Una Daniela que debe ponerse firme a la hora de defender sus convicciones para proteger lo que más ama en el mundo. Una Daniela que, entonces, se erige como antagonista frente a un Ignacio derrotado, en una lucha por poseer lo que los mantiene en pie y le da sentido a sus vidas, personajes que terminan destacando por sobre los demás por una serie de desencuentros sobre los que se teje la trama de esta cuarta parte. Un Ignacio que saborea al mismo tiempo las mieles del éxito y el vacío existencial, tras perder lo que más ama en la vida.

Una aridez hasta la que llega un Alejandro periodista para hacer una nota, que lo sacude de tal manera que lo llevará aún más lejos. Un Alejandro que ―por casualidad, por fatalidad― descubre que todo lo que le han contado es una mentira, y debe reconsiderar su ser y lugar en el mundo.

Una aridez que no afecta a una Sofía feliz, que cree haber burlado al destino. Una Sofía esperanzada en un futuro que soñó, pero no creía posible. Una Sofía que defiende con ferocidad sus afectos y convicciones.

Violencia de género, la cotidianeidad de una pareja igualitaria, los diversos rostros de la maternidad, la identidad, paisajes de la realidad regional y nacional de la mano de una médica veterinaria, un artista, una profesora y un periodista, que son atravesados por el contexto del momento.

Estética literaria, estilo único, recursos lingüísticos y trama, son el combo que vuelve esta novela, un elixir literario que ―en esa mezcla maravillosa de estética, estilo, recurso y trama― nos envuelve mágicamente y nos hace desear más y más… A tal punto, que cada final nos deja ansiosos, anhelantes de continuidad.

Cantidad de palabras: 287.647

Tiempo de lectura: 36 horas

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